El Centro de Formación Virgen de la Esperanza, recurso desarrollado por Cáritas Diocesana de La Rioja y Fundación Cáritas Chavicar para dotar a las personas desempleadas de una certificación que potencie su empleabilidad, ha firmado un convenio con tres residencias de ancianos y un centro de día de Logroño. Este acuerdo propiciará la realización de prácticas de los estudiantes del certificado de profesionalidad “Atención sociosanitaria a personas dependientes en instituciones sociales”.

La firma del convenio ha contado con la presencia de Jesús Pablo Romero, director-gerente de Fundación Cáritas Chavicar, Inmaculada Espila, directora del Área Sociolaboral de la entidad, y Sara Alba, presidenta de Lares La Rioja, federación a la que pertenecen las tres residencias que suscribirán el acuerdo. Asimismo, han asistido las estudiantes del certificado.

Gracias a este convenio, 13 alumnas realizarán 80 horas de prácticas no laborales entre el 12 y el 27 de diciembre. Cuatro estudiantes se formarán en la Fundación Santa Justa, otras cuatro, en la Residencia Madre María Josefa Siervas de Jesús, tres en el Centro de Día Gonzalo de Berceo y dos en la Residencia Santa Cruz.

 

Primer certificado

“Atención sociosanitaria a personas dependientes en instituciones sociales” es el primer  certificado que imparte el Centro de Formación Virgen de la Esperanza. Cuenta con hasta 15 plazas y consta de 370 horas lectivas, 80 horas de prácticas y 20 horas de módulos transversales. En este tiempo, los asistentes aprenden, entre otras cosas, a prestar atención sociosanitaria e higiénico-alimentaria, así como apoyo psicosocial y atención relacional y comunicativa. Esta formación cuenta con la colaboración y cofinanciación del “Apoyo al programa de empleo y economía social 2018–Cáritas Española”.

Los alumnos que la concluyan con éxito serán acompañados en la búsqueda de empleo por el servicio de intermediación laboral de Fundación Cáritas Chavicar. Para propiciar que encuentren trabajo, su Agencia de Colocación trabaja en red con una serie de residencias e instituciones de cuidado de personas dependientes, lo que facilita no solo la realización de las prácticas formativas no laborales, sino también la inserción laboral.